Presentación

Sebastián García Carreto y Chumacero extremeño, uno de aquellos nobles hidalgos españoles que como tantos otros participó en la conquista de América, fue uno de los primeros soldados en pisar tierra chilena. Muchos debieron ser los méritos que contrajo con la corona española para que el rey de España propusiera al Virrey del Perú, de quien entonces dependía Chile, para que fuera premiado por los servicios prestados a la corona.

Escultura en el interior del fundo

El premio que el Virrey le concedió fue digno de un conquistador. A orillas del pacífico y a unos cien kilómetros de Santiago de Chile, junto al río Rapel, existían unas tierras ricas y variadas, llamadas de Bucalemu o cerros grandes, que fueron dadas al capitán español. En ellas vivió el militar hasta que, entrado en años y sin descendencia que pudiera heredar tan rica encomienda, donó la hacienda en vida a la Compañía de Jesús con la condición de establecer en ella un colegio de misioneros que tuvieran a su cargo socorrer espiritualmente aquellas dilatadas comarcas pobladas de indios promocaes, los cuales se extendían desde el río Rapel hasta el río Maule, más de 200 kilómetros de Norte a Sur, y desde el mar hasta la cordillera de los Andes. La superficie total pudiera establecerse en 27.000 Has.

Cuando en el año 1631 fallece el conquistador español la Compañía de Jesús se hace cargo de la hacienda tal y como su benefactor estipuló en vida, creando en ella uno de los diez colegios que existieron en Chile con el propósito de alfabetizar a quienes residían y trabajaban en ella, estableciéndose seis misioneros que pronto extendieron sus esfuerzos educacionales hasta las zonas aledañas de Mataquito, Lontué y Rapel.  Para ello debieron aprender el idioma local lo que posibilitó la creación de una cultura campesina propia en la zona.

Siglo y medio más tarde esta hacienda de campo es puesta a pública subasta por el gobierno del rey Carlos III de España y los jesuitas son expulsados de la misma. A la subasta pública acude Pedro Fernández de Balmaseda, que aunque nacido en Pipaona, descendía al igual que toda su familia de Galilea, al que su tío el galileano Juan de Balmaceda Cenzano, Gobernador y Capitán General de Chile, le lega su cuantiosa fortuna en detrimento de su otro sobrino Juan Francisco Ruiz de Clavijo Balmaceda, nacido como él en Galilea, y con cuyo capital compra, con fecha 4 de abril de 1791, parte de lo que había sido el primitivo fundo de Bucalemu

        Al morir  Pedro Fernández Balmaseda sin sucesión es nombrado albacea testamentario y primer usufructuario sobre la hacienda de Bucalemu su pariente Rafael Beltrán que cumplió con las condiciones estipuladas en el testamento del hacendado y gozó del usufructo los cuatro años establecidos en el testamento . No ocurrió así con su sucesor, José María Fernández Fernández que, juntamente con su hijo Manuel José (padre del Presidente Balmaceda), dilató el usufructo sobre dicho vínculo más allá del tiempo establecido por el fundador, en el que amasó una considerable fortuna. Al incumplir claramente las últimas voluntades del hacendado,  Rafael Beltrán avisó a sus parientes de Galilea que tenían los mismos derechos sobre el vínculo que aquél, en la forma establecida por el fundador.  Dado que en Chile, ya independizado de España, seguía rigiendo el estado de derecho, los demás beneficiados podían pleitear en su favor, lo que, en efecto, sucedió. La sentencia judicial dio la razón a los parientes de Galilea, recayendo la titularidad de la hacienda en matrimonio formado por Petra Fernández Fernández (hermana de José María) y Pedro Fernández Arnedo. Gracias a esta sentencia, pudieron arribar a Chile, algunos nietos de este matrimonio  que se hacen cargo de la hacienda, teniendo que renuncar previamente a la herencia que les pueda pertenecer de sus posesiones familiares en España.

        Así es como  Domingo Fernández de la Mata se hace con la hijuela de "San Felipe" de siete mil Hectáreas; su primo Braulio Fernández Fernández con la hacienda de "La casa de los jesuitas" de diez mil Hectáreas; y al tercer primo en discordia, Manuel Fernández Cereceda con las de "La Manga"  y "Corneche" también de diez mil Hectáreas. A la muerte de éste último estas dos hijuelas pasaron a ser propiedad de sus hijos Rafael y Ezequiel, respectivamente. Asimismo Braulio Fernández, nombrado diputado a Cortes en España, retorna a la península y vende su hijuela, en 1865, a su cuñado, el próspero agricultor y destacado parlamentario don Claudio Vicuña Guerrero, quien, a base de su experiencia y su conocimiento de Europa, crea con la participación del paisajista francés Guillermo Renner, el parque Bucalemu, en 1875.

        En el año 1978 por decreto del Ministerio de Tierras y Colonización (hoy de Bienes Naturales) la "hijuela séptima de Bucalemu"  fue destinada al Ministerio de Defensa Nacional para el Ejército de Chile  y el entonces hombre fuerte de Chile, el  dictador  Augusto Pinochet  la convirtió en su refugio para su descanso, siendo un lugar absolutamente infranqueable y con un estricto control militar, como es de suponer.

 

        El 21 de febrero del año 2004 el ejercito chileno firma un acuerdo con el Ayuntamiento de Santo Domingo, municipio creado hacia 1954 como balneario marítimo, para que parte de la hacienda Bucalemu, de 18 hectáreas, y ubicada a 140 kilómetros al oeste de Santiago, se convierta en un  centro cultural, con salas de conciertos, museos, teatro para exposiciones temporales, lugares para la recreación y el turismo. Además, acuerdan restaurar el conjunto arquitectónico, habilitando sus dependencias para el desarrollo de actividades culturales.  Crear un museo cívico, ambientado al siglo XIX que refleje la historia de esta hacienda y su relación con la historia nacional.  Habilitar el parque de la hacienda como centro ecológico-turístico, mediante el trazado de recorridos interiores a través de los atractivos senderos y caminos naturales que cubren este oasis histórico y que permitirá apreciar la vegetación nativa y exótica con que cuenta y las esculturas de Pedro de Valdivia, Francisco Pizarro, Hernán Cortes y Claudio Vicuña entre otras además de  su fauna silvestre. Con ello, se busca rescatar y recuperar la idea original del parque diseñado por Guillermo Renner.

    El 29 de mayo de 2004 se hizo efectivo el traspaso por parte del ejercito chileno al Ayuntamiento de Santo Domingo del fundo de Bucalemu, convertido definitivamente en parque natural de uso público.