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DE FINALES DE LOS AÑOS 80 A MITAD
DE LA DÉCADA DE LOS 90
En el año 1987 se celebran nuevas elecciones municipales. Es el año del cambio
generacional en el que los hijos de quienes habían detentado el poder municipal
en el pasado, toman el relevo sin traumas ni recelos, y asumen con todas
las consecuencias las riendas políticas del pueblo que los vio nacer,
imprimiendo un estilo de gobernar radicalmente diferente a como se venía
haciendo hasta la fecha. Su media de edad era
tan baja que posiblemente fuese
la corporación más joven de toda la Comunidad Autónoma.
Obviamente el camino que tienen ante sí no es un camino de rosas. Sin
embargo pronto encuentran comprensión en los despachos oficiales. A pesar de su
inexperiencia, su juventud es un gran activo que van a saber explotarlo con
maestría. De esta manera comienzan a hacer una prospección de los problemas que
les acucian y en dónde están las soluciones. Visitan despachos; conciertan
entrevistas; se reúnen con personajes claves. Su objetivo siempre es el mismo:
la consecución de mejoras
para Galilea y la resolución de problemas que les presionan.
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Concejales al inicio de los noventa |
Uno de los que más le
acuciaba
a nuestra localidad en aquellas fechas era la escasez de agua potable. En los
años anteriores, el agotamiento de los manantiales había obligado al municipio a
solicitar el abastecimiento de agua de boca mediante camiones cisterna remitidos
desde la capital. Había que actuar con diligencia.
Se inicia una obra faraónica para lo que se estaba acostumbrado en aquellos
tiempos: la captación de manantiales subterráneos en la zona de los aguazales.
Siempre en los aguazales. De ahí su nombre. Se hace una perforación longitudinal
a lo largo de una enorme franja de terreno hasta conseguir llegar a los niveles
óptimos en los que los manantiales fluyen abundantemente. Después de varias
prospecciones y de alguna que otra incertidumbre, se demuestra que el camino
elegido es el correcto. Su entubamiento posterior y la construcción de una
caseta que albergara las bombas extractoras, solucionan, para muchos años, el
acuciante problema del abastecimiento de agua de boca.
Pero el agua sigue dando problemas.
Y
esta vez por exceso. Las aguas pluviales que bajan de las escorrentías
de las laderas del monte la Mata y confluyen en el barranco de la Barrilla, hay
que desviarlas de su cauce para poder pavimentar ciertas calles nuevas que están
apareciendo en el núcleo urbano de Galilea. Se acomete, por tanto, una obra de
vital importancia que permite desviar estas
aguas hacia una vertiente alejada del pueblo, para que el progreso de la
expansión urbanístico no se vea frenado por los accidentes incontrolados de la
naturaleza.
La guardería municipal
Cuando en el año 1933 se construyen las casas-viviendas para los maestros pocos
podían pensar que una de aquellas edificaciones, la que durante muchos años fue
el domicilio de la recordada maestra Dña. Puri, iba a convertirse en una
guardería municipal. Así fue cómo
en el año 1.990 viéndose que en Galilea, y en sus
poblaciones limítrofes, existía un verdadero problema en las familias de la
clase trabajadora para guardar y proteger a sus hijos en las horas en las que su
jornada laboral no se lo permitiese, se decidió iniciar las gestiones necesarias
para valorar la posibilidad de construir una guardería municipal en el citado
edificio.
No fueron buenos, al inicio, los augurios para el establecimiento de un servicio
de estas características en una población dcomo
la nuestra. No obstante, la tenacidad con la que se insistió y los argumentos
esgrimidos por los responsables del momento propiciaron que la al inicio de
la
década, comenzara la creación de este establecimiento de carácter social,
impensable para muchos, pero que se ha demostrado necesario para el incremento
del bienestar de los jóvenes
matrimonios de Galilea y su periferia.
La catalogación del archivo
municipal
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Anterior guardería municipal |
Una de las obligaciones que se impuso la nueva corporación salida de las últimas
urnas fue la poner orden en el hacinado montón de libros que era el archivo
municipal. Como consecuencia del traslado para la construcción del nuevo
Ayuntamiento y su posterior retorno, un años después, a sus nuevas dependencias,
los legajos históricos del que forma parte nuestro archivo, estaban en un total
y completo desorden. Hubo una voluntad clara por parte del alcalde y una
decisión firme por parte del departamento de cultura, de que aquella situación
no podía continuar como estaba.
A lo largo de casi medio año de aquel de 1991, con gran paciencia y mucho
cariño, los libros de actas, registros de vías pecuarias, correspondencia
interna y externa (desde el año 1937 ya que en aquellas fechas de produjo un
expurgo parcial), y todo tipo de expedientes fueron agrupados catalogados y
posteriormente introducidos en cajas para ser luego colocados en largas
estanterías perimetrales en el ático del Ayuntamiento con un índice claro y
conciso de todo cuanto había sido catalogado.
Aquella ordenación y supervisión (se inspeccionaron todos y cada un de los
legajos existentes) nos descubrió que aunque en el pasado la desidia municipal
propició
la desaparición de documentos de gran valía, todavía quedaban carpetas con
contenidos interesantes para conocer el pasado más reciente de la historia de
Galilea.
Desde aquel momento, tres son los lugares donde el historiador, el erudito o
simplemente aquel que esté interesado por conocer un poco más de la existencia
de nuestros antepasados, puede acudir: al archivo religioso, ubicado en el
Seminario de Logroño, al archivo Histórico Provincial, en la propia capital y a
este, nuestro archivo municipal.
Los jubilados tienen su hogar
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Hohar del Jubilado |
Con la creación de la guardería municipal se prestaba un gran servicio al
segmento joven de la población. Sin embargo, la gente mayor que disponía de
muchas horas al día de tiempo libre, no tenía un lugar específico donde poder
reunirse. Cada cual lo hacía a su manera. Unos, en la bodega; otros en los
bares; otros, recluidos en sus casas. Había que facilitarles la posibilidad de
poder reunirse en un lugar común. En unos centros que estaban proliferando por
todos los rincones de La Rioja. Estos centros eran el hogar del jubilado.
A finales del año 1991 se comienza la construcción de este centro. Se hace sobre
el solar de la casa donde vivió el que fue varias veces alcalde de Galilea,
Florentino Fernández, en la calle Alberto Villanueva. El edificio, concebido con
criterios modernos y prácticos para el disfrute de sus usuarios fue concluido en
el primer tercio del año 1992. El día de San Isidro de ese año, la Asociación de
Jubilados de hizo cargo de su gestión.
La Asociación Cultural
Octaviolea
A finales del año 1988, nace en el seno del recién elegido consistorio municipal
la Asociación Recreativo Cultural Octaviolea, fruto del entusiasmo
de los nuevos concejales y del algún que otro vecino, preocupados porque las
nuevas ofertas culturales que existían en aquellas fechas llegaran hasta
Galilea. Comienza su andadura con tibieza dado que el conocimiento que se
tenía en aquellos momentos de este tipo de asociaciones era escaso, por lo que
ese primer año pasa prácticamente inadvertida para el pueblo.
Con sigilo va introduciéndose en la organización y financiación de alguna
actividad lúdica y festiva en el siguiente año de su fundación. Así, en el año
1989 comienza su financiación a través de la venta de participaciones de
lotería, que además resulta premiada. Participa activamente en la contratación y
financiación de las fiestas de verano y por primera vez organiza la cabalgata de
Reyes, una de las pocas actividades que ha seguido desarrollándose
ininterrumpidamente hasta la fecha.
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Carroza de San Mateo presentada
por Octaviolea |
Con la llegada del año 1990 la Asociación se afianza definitivamente. Se
planifican con anterioridad una serie de actividades cuyo éxito dependerá, en
gran medida de los presupuestos. Para ello, por primera vez, se toma la
decisión de cobrar una cuota anual a los socios de 1.000 Pts comprobando que el
pueblo, en su inmensa mayoría, responde satisfactoriamente. A este año
corresponde también la organización de un viaje al Congreso de los Diputados en
Madrid y con el viaje organizado al Parque Nacional de Ordesa de instituye una
tradición que no se ha quebrantado hasta la fecha como es la programación anual
de una excursión fuera de los límites de nuestra Comunidad, que siempre ha
tenido una acogida favorable.
Al año siguiente, en 1991 la junta directiva cambia
y con ella entra savia nueva con ánimos de renovación y ampliación de los
contenidos de la Asociación. Así en el mes de febrero de este año se edita
el primer ejemplar de la revista que nace con una total escasez de medios, pero
con una tremenda ilusión. Este primer número consta de 18 páginas cuyo contenido
versa sobre temas de la más diversa naturaleza, pero que tiene un hilo conductor
que es el de intentar dar a conocer a los socios los rasgos más significativos
de la historia y vicisitudes de Galilea a lo largo de los años. El
entusiasmo es tal que en este año de 1991 aparecen nada menos que tres números
diferentes. En los años sucesivos se seguiría editándose con una periodicidad
menor, hasta llegar a su casi completa desaparición.
En el año 1993 la actividad de la junta directiva llega a su
zénit al presentar al
concurso de carrozas de las fiestas de San Mateo de Logroño una carroza propia
que aunque artísticamente no fuera ninguna maravilla, por lo menos se logró
conseguir los objetivos que se pretendían: financiación para la Asociación,
publicidad para nuestro pueblo y sobre todo provocar la participación de la
juventud de Galilea en actos de naturaleza cultural a la vez que potenciar los
sentimientos de unión y colaboración entre sus vecinos.
Con el paso de los años las actividades se fueron reduciendo
paulatinamente quedando centradas casi en exclusividad en la financiación de
algún tipo de actividad cultural o deportiva en las fiestas del verano y la
celebración de una semana cultural en la siguiente a las citadas fiestas, además
de la organización de la cabalgata de Reyes, en enero. En la actualidad, su
actividad prácticamente es inexistente.
Se crea la letra y el himno de
Galilea
Coincidiendo con una época en la que las relaciones entre la Asociación Cultural
Octaviolea y el Ayuntamiento son de estrecha colaboración, se convoca,
conjuntamente por ambas instituciones, un premio dotado con 20.000 Pts para la
creación de la letra que habría de llevar el futuro himno de nuestra localidad.
Así el 23 de octubre de 1991 se publican las bases que han de regir este
concurso, que son publicadas y distribuidas en diferentes medios e instituciones
públicas del panorama cultural riojano.
O el premio no era muy jugoso
o la
actividad creadora de los potenciales autores estaba en horas bajas en aquellas
fechas ya que al concurso sólo se presenta un aspirante, José Ramón Eguizábal,
que presenta un precioso poema que a la postre sería el que pasase a ser la
letra oficial del himno de Galilea. El texto es el siguiente:
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Tu pasado
Galilea
Se repite con los años
Trabajo, sudor, bodega
Amistad sobre tu tierra
Y tu sangre
en los secanos
Canta fuerte Galilea
Canta alegre tierra mía
En la boca la alegría
En tu rostro simpatía
Y orgullo en
el corazón
Tu presente se asemeja
A tus tierras
de trabajo
Tierras duras, tierras yermas
Campos limpios, sucias eras
Donde el alma vais dejando
Canta fuerte Galilea
Canta alegre tierra mía
En la boca la alegría
En tu rostro simpatía
Y orgullo en
el corazón
Tu futuro vieja aldea
Se adivina ya en tus manos
Manos fuertes como peñas
Destrozadas por la siembra
Y curadas por
el grano
Canta fuerte Galilea
Canta alegre tierra mía
En la boca la alegría
En tu rostro simpatía
Y orgullo en
el corazón
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El músico
Eusebio Díaz fue el encargado de la composición musical cuyo estreno tuvo lugar
en la plaza pública, por la orquesta del Conservatorio de Soria, de la que él
era titular,
en las fiestas de San Isidro de 1992. El solista fue el barítono Carlos Gil
Colás.
Para escuchar la
interpretación del día del estreno
pulsa aquí
Para escuchar la
versión (año 1995) para flauta (Diego Alonso)
pulsa aquí
Es imprescindible
disponer de un reproductor musical del tipo Windows Media Player o
similar
Para acceder a la partitura musical
compuesta por Eusebio Díaz,
pulsa aquí
El escudo de
Galilea
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El escudo de Galilea |
En el mes de diciembre de 1990 y por iniciativa
de la Junta directiva de la Asociación Cultural Octaviolea se solicita al
especialista en genealogía y heráldica Sr. Villapré la posibilidad crear un
escudo representativo de nuestra localidad basándose en los antecedentes que
pudieran existir al respecto. Con fecha 18 de enero del siguiente año nos daba
contestación diciendo que,
“ … una vez realizado el estudio he comprobado que la citada villa de Galilea no
ha tenido nunca escudo de armas municipales.”
No sería este investigador, sin embargo, el encargado de realizar el escudo
municipal ya que por razones presupuestarias dicho encargo fue efectuado a otro
genealogista de la capital, D. José Antonio Mayayo, que sería a la postre
a quien el Ayuntamiento solicitó la creación del citado blasón.
Se le encargó indagar en el pasado para obtener cuantos datos fueran precisos
para que el nuevo escudo representara lo más aproximado posible la idiosincrasia
de nuestros antepasados, con una única salvedad: en el escudo debería estar
reflejado un olivo, árbol que ha estado siempre presente en las vidas de
los habitantes de estos pagos, desde tiempo inmemorial
En el mes de marzo 1992 el Sr. Mayayo llegó a presentar hasta seis bocetos
diferentes de lo que podría ser el futuro escudo representativo de Galilea.
Después de arduos debates conjuntos entre los miembros del Ayuntamiento los de
la Asociación Octaviolea, se llegó a la decisión de adoptar como escudo oficial
el que representa a una “galilea” (pórtico arqueado de una iglesia) a la que se
le antepone un olivo. Una orla lo bordea con el siguiente texto: “Tierra de
Ocón.1865. Concejo de Galilea”. Está coronado por la corona real. Desde aquellas
fechas el escudo preside el salón de plenos del Ayuntamiento.
Los seis bocetos diferentes
presentados por el genealogista
La rehabilitación y ampliación de la
piscina municipal.
En un pleno municipal del día 4 de noviembre del año 1991 se toma la siguiente
determinación:
“Vistas las necesidades que se han planteado en este municipio, las cuales no
coinciden con las que existían en la fecha de la elaboración del plan
cuatrienal... se acuerda modificar el mencionado plan, de acuerdo con las
siguientes prioridades: año 1992, reforma y adecuación de la piscina municipal
con una memoria de 20.970.542 Pts.”
Veintisiete años separan este pleno de aquél otro en el que se tomaba la
decisión de construir una piscina en Galilea. La decisión no era nada
fácil teniendo en cuenta la recesión económica que ya se veía venir, pero sobre
todo por la magnitud de las cantidades que se barajaban. Se iniciaron las
consabidas consultas con los responsables del Gobierno Regional que pudieran
tener alguna competencia en ello. Las negociaciones pasaron por momentos
desiguales. Lo que ayer parecía estar bastante seguro al día siguiente se
veía inalcanzable. De la esperanza se pasaba al desánimo. La poca
predisposición de los poderes públicos a subvencionar este tipo de obras, en
momentos de crisis como los aquellas indujo a temer lo peor.
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Inauguración de la remodelación |
Pero la insistencia da sus frutos. Dña Carmen Valle, Consejera de Obras
Públicas en esas fechas, solicita un proyecto al Ayuntamiento en el que se
consignen claramente las actuaciones a seguir. Con ello se pretende que la
obra se ejecute en un sólo ejercicio y no en dos, con el retraso que ello
conllevaría. Verbalmente se comunica que, de acuerdo con la memoria
valorada que se había remitido, el Gobierno Regional está dispuesto a financiar
la rehabilitación con el 50% del coste de las obras. O lo que es lo mismo,
con algo menos de diez millones de pesetas. El día 10 de junio de1992 en
sesión extraordinaria y pública la Corporación aprueba el precitado
proyecto por un presupuesto de 24.495.792 Pts. El 11 de septiembre se celebra
sesión ordinaria para la adjudicación de la obra. El libro de actas dice
lo siguiente:
“Dada cuenta del expediente tramitado para la contratación de la obra de
rehabilitación de la piscina municipal, según proyecto redactado por el
ingeniero técnico dos Pedro Sánchez y aprobado por la Corporación en 10 de junio
de 1992, y vista el acta de la subasta, ...se adjudica definitivamente a la
empresa Tecnobácter, que ofrece llevarla a cabo en el precio de 23.271.000 Pts”.
Las obras comienzan en noviembre de este mismo año y finalizan en junio de 1993.
Durante las mismas se toma la determinación de construir también una pequeña
piscina para los niños y alguna otra mejora no contemplada en el proyecto que
hace que el presupuesto definitivo alcance los 25 millones de pesetas. El
día 18 de julio, el Presidente del Gobierno de La Rioja, don José Ignacio Pérez
Sáez inaugura las obras.
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Rótulo conmemorativo |
En la puerta, el Ayuntamiento hace instalar una placa de agradecimiento a,
"A todos los que
con su esfuerzo hicieron posible su construcción en el año 1967.”
La vuelta ciclista a España pasa por
Galilea
El día 9 de mayo de 1993 fue un día histórico para Galilea. Ese día fue el
primero de las dos ocasiones que la ronda de la Vuelta ciclista a España no
solamente pasase por nuestra localidad sino que además se disputara en ella una
meta volante. Este pequeño milagro se consiguió, como siempre, por la
conjunción de dos factores en el tiempo: el entusiasmo personal de algún
relevante vecino y, sobre todo, por el decidido apoyo unitario demostrado por la
práctica totalidad del vecindario de Galilea.
Aquel día fue un día soleado y espléndido. Desde primeras horas de la mañana, la
gente, vecinos y foráneos, se agolpaban en las inmediaciones del grupo escolar
en espera de la llegada de los ciclistas de la ronda española. Pero no
cualquiera. Por allí pasarían los Perico Delgado, Rominger, Zülle y compañía. La
organización, para entonces, ya había previsto la instalación de todos los
elementos propios de este tipo de actos incluidas los fardos de paja prensada
frente a los laterales de los dos puentes aún no derribados que en aquellas
fechas daban acceso al casco urbano.
Hacia las tres de la tarde, la liturgia que rodea estos eventos estaba en plena
ebullición:
grandes coches de las marcas comerciales cruzaban a gran velocidad el pueblo;
las caravanas de los medios de comunicación hacían un ruidoso acto de presencia
y por allí cruzaban todas las grandes figuras del mundo de la prensa deportiva.
Y por fin llegaron los ciclistas. Su paso fue tan rápido que a todos nos dejaron
un regusto amargo por el poco tiempo de disfrute que habíamos tenido de sus
esfuerzos.
El eco de este espectáculo que nuestro pueblo había tenido el privilegio de
conseguir para sus vecinos tuvo su resonancia incluso en la prensa nacional. Así
un periódico deportivo de ámbito nacional decía:
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La vuelta ciclista a España, por
Galilea |
“Los vecinos de la pequeña localidad riojana de Galilea, movidos por su afición
al deporte de las dos ruedas, se han “rascado” el bolsillo y han conseguido con
una colecta popular el dinero necesario para que en su pueblo de dispute una
meta volante de la Vuelta 93. Además, todo aquel miembro de la caravana ciclista
que lo desee será invitado a Chorizo asado y a un buen trago de rioja. Que les
aproveche y felicidades a todos los habitantes de Galilea.
¡Eso sí es afición!”
En la misma dirección la prensa regional decía en sus páginas del día 10 de
mayo:
“La idea de que esta población de 292 habitantes se inmiscuyera en el devenir de
la ronda española salió de Justo Hernáez, un industrial donostiarra descendiente
de la localidad, amigo de Ramón Mendiburu, director técnico de Unipúblic … Hace
unos meses de acercó Mendiburu a Galilea para conocer los pormenores del trazado
y dio el visto bueno. Los representantes del municipio de Galilea mostraron su
satisfacción al final de la etapa y el cumplimiento de sus objetivos: la
promoción del mundo rural”
Unos años más tarde se repetiría esta experiencia aunque sin meta volante y sin
la repercusión y eco que tuvo la primera travesía de la ronda española por las
calles de nuestro pueblo.
Galilea, ¿un pueblo para vivir?
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Paisaje primaveral |
“Y así es
Galilea. Un pueblo a caballo entre la tradición y la modernidad que ha sabido
emerger del ostracismo en que, en fechas no muy lejanas se vieron envueltos la
mayoría de los núcleos rurales. Un pueblo que ha apostado decididamente
por el futuro sin apartarse de los modos y costumbres típicos que han imperado a
lo largo de su historia. Un pueblo abierto a cuantos deseen visitarlo o
establecerse en él. En definitiva: un pueblo para vivir.”
Así terminaba un extenso artículo, de quien esto escribe, que la prensa regional
reprodujo con fecha 13 de junio de 1992. En él se hacía un repaso a la
historia pasada y reciente de Galilea y se incidía, de manera especial, en el
alto grado de armonía entre sus vecinos. Se apostaba porque, aquella
situación de bonanza, se extendiera al
futuro. El futuro ya ha llegado. Hagamos entre todos que
Galilea sea un pueblo para vivir.
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